Yo empecé a excitarme muchísimo, caminamos hasta llegar a un parque solitario, con poca luz. Me siento en una banca cruzando las piernas sensualmente, me sentía muy femenina, una verdadera mujer, una puta. Después, me piden el que aun no terminaba que me ponga en 4, lo cual hice. Se echó aceite en la enorme verga y en mi culo, pone la gran cabeza de su enorme verga en la entrada.
Relatos Compartiendo el culo de mi esposa 5. Siempre he dicho que mi platillo favorito es observar cómo le entra semejante verga por el estrecho culo de Jael; por tal motivo, este macho se merece tener el privilegio de montarla donde le plazca, se ha ganado el puesto de corneador de planta por estas razones que les comento. Mi esposa es afortunada de ser hermosa por el lado que la miren, no podrías negarte a ser infiel a tu pareja si tuvieras la oportunidad de conocerla, ella tiene el don de hacer perder la cabeza a cualquier hombre, su voluptuosa anatomía llama la atención donde quiera que vaya y con la ropa que use. Son tantos hombres que nos piden conocerla, pero ella decide quien sí, y quien no, debo ser claro en este aspecto. En mi mente cornuda, es imposible borrar las obscenidades que se expresan, cada gesto, gemido y posición, se graban en mi mente de forma permanente. Quiero recalcar que mi esposa es una puta refinada, educada, tiene personalidad envolvente, seductora, fina, una hembra con clase, siempre viste elegante en las fiestas llamando la atención de todo mundo, con los conocidos es muy respetuosa y moralista porque sus padres son religiosos. Eso es insoportable para mi y termino con una eyaculación tremenda sin tocarme. Muchos quieren al menos estar cerca de ella, incluso tener una prenda íntima donde haya dejado sus olores, lo cual es suerte de pocos. Hoy se la coge sin condón, mi esposa lo aceptó así, porque es un macho higiénico que ella le exige examinarse si quiere seguir disfrutando de sus curvas. Cuando el corneador ya no usa protección es porque los cuernos ya han crecido mucho y los míos crecieron desde el primer día que yo se la ofrecí para que la ensartara en casa.
El nuevo día comenzó de la peor manera, me quedé dormido y perdimos el turno del odontólogo. Por suerte pude reprogramar para el día siguiente. De camino a casa pase por una casa de vinos y compre un espumante bien dulce que recuerdo haberle invitado el día que mi hijastra cumplía su mayoría de edad… se había agarrado un tremendo mareo. Llegué a casa a eso de las hs mi hijastra se encontraba en la cocina calentando una salsa para los fideos que cenaríamos. Le di un pequeño pellizco en el pezón izquierdo cosa que hacía siempre y que siempre le molestaba y me fui a bañar.